sábado, 25 de abril de 2009

El convidado de piedra (versión emplumada)


Tengo un visitante en casa.
Mi vecina del 3ero se fue unos días de vacaciones y me dejó a Carancho su canario.
Me lo dejó con tooooda una serie de instrucciones, la comida (solo el alpiste porque come uno especial que no se consigue en todos lados) y la jaula por supuesto.

A ver: tuve que comprarle lechuga de la arrepollada, la otra no la come. La cosa es que el primer día no tenía esa clase de lechuga en la heladera, así que se lo expliqué claramente: “mirá estimado, tengo lechuga mantecosa ves, cierto que tiene buena pinta? no voy a ir ahora a la verdulería a comprar de la otra … total a vos te da lo mismo no?”
No, no le daba. Ni la miró siquiera pajarraco mal agradecido!
Tampoco quiso zapallito en lugar de zanahoria, será que distingue los colores?? Quehijodep….!!! Ah no perdón, en las instrucciones figura que no puedo putear ni gritar ni enojarme porque Carancho es muy sensible … juro que dice eso, aunque para mí que Margarita (que asi se llama su dueña) sabía que este … este … pajarito me iba a sacar canas verdes y me anotó eso a propósito.
Muy bien, al otro día fui al super y le compré su lechuguita y su zanahoria, bien anaranjada por las dudas grrrrrrrrr !!! ah! y manzana deliciosa porque otra variedad no come. El canario que teníamos en casa comía arroz con pollo o milanesas con papas fritas si no había otra cosa, y nunca se quejó! (bué tanto no, pero no tenía tantas vueltas!)
Que mas? Ah si, tiene un bebedero y una pequeña bañera de plástico a los que debo cambiarles el agua cada 12 horas. Es un lord inglés este bicho, se baña dos veces por día pero solo si el agua está bien limpia, no entiendo para que … para saltar de un palito al otro como un zalame dentro de la jaula? ni Brad Pitt tiene tantas pretensiones caramba!
Para dormir (se retira a sus aposentos a las 21 hs) tengo que taparle la jaula con un trapo especial que me dejó Marga; si no le tapan la jaula: no duerme, así de corta. La verdad es que yo me olvidé del tema del trapo el primer día, y ni cuenta me habría dado si no fuera por el escándalo que me armó, me atormentó con el pi pi pi pi pi hasta que me dí cuenta de que quería que le tapara la jaula. Increíble.
No se puede ni fumar, ni escuchar música demasiado alto o hacer mucho ruido porque “se estresa”; tampoco le gusta estar adentro todo el tiempo, tengo que sacarlo al balcón siempre que no llueva (obvio, tampoco soy tan cruel), no haga demasiado frío o demasiado calor (¿?).
Ni hablar de la mugre que hace adentro de la jaula y que tengo que limpiar todos los días porque Milord no tolera que su pequeña mansión esté sucia o desordenada. O sea, soy la mucama de Carancho…, no! si esto es lo único que me faltaba che!

Ay Marga! decí que te quiero que sino … . Menos mal que no vas a leer esto y que nunca vas a saber que esta tarde estuve buscando el número de teléfono del gato Silvestre en la guía, je je je
Volvé Marguita, dale … apurate …