miércoles, 30 de junio de 2010

Este Jueves un Relato: Enemigos Intimos


Siempre tuviste una claridad conceptual y una lucidez muy superior al resto de nosotros. Tu cerebro no descansaba, absorbías todos los detalles en una sola mirada y los procesabas a velocidad supersónica. Cuando nosotros íbamos, vos ya habías ido y vuelto 5 veces.
Serio e impenetrable, con la mejor cara de “yo no fui”, tu cabeza ideaba las peores travesuras, milimétricamente planeadas, en las que quedábamos todos invariablemente involucrados y castigados.
Te admiraba y te detestaba al mismo tiempo. Sabías como hacerme enojar hasta el punto de la furia, esa furia roja y fea que te enceguece y te habilita para hacer cualquier cosa, como cuando te tiré la tijera con una fuerza que ni yo misma creía tener te acordás?. La tijera se clavó en tu pierna derecha; mientras empezaba a brotar la sangre y yo pensaba que te había asesinado o poco menos, vos levantaste la cara y me sonreíste con esa media sonrisa tuya: “fallaste idiota”. Tuviste suerte de que llegara la vieja mirá …, creo que sino te hubiera matado en serio.
Desde que tuve conciencia fuimos al choque. Cualquier motivo era válido para enfrentarnos, pelear, amenazarnos y hacer efectivas las amenazas. Jugabas con demasiada ventaja, eras mucho más rápido mental y físicamente; pero no contabas con mi voluntad, Any era una guerrera paciente, consecuente, y se tomó el trabajito de estudiar a su oponente durante años ... hasta que aprendió la técnica. Entonces las batallas fueron un poco mas parejas, mordiste el polvo muchas veces.
Sin embargo, y paralelamente a nuestras discusiones eternas y bizantinas, hubo momentos en que me sorprendiste con gestos que contradecían nuestra íntima enemistad. Gestos casi imperceptibles para los demás, pero no para mi. Y debo agradecerte la soga – impensada – que me tiraste en forma rápida, efectiva y sobre todo discreta, en un momento muy oscuro. Estuviste allí para ayudarme y yo no lo olvido.

Seguís siendo brillante y hermético. Te sigo admirando tanto o mas que antes. Pero mi querido, los años no pasan en vano, nos hacen cambiar, van limando lo áspero, van agujereando las armaduras. La tuya se está oxidando, muy a tu pesar seguramente.
El tiempo y tus hijos te han suavizado el carácter, han neutralizado la acidez de tus palabras, te han vuelto mas vulnerable, casi humano te diría ja!. Tu sarcasmo característico sigue apareciendo cada tanto - porque el zorro pierde el pelo pero no las mañas - igual hoy sé que estamos cerca y contamos el uno con el otro.

Y como esto no lo vas a leer, te puedo decir que me siento orgullosa de ser tu hermana y que sos una de las personas mas importantes para mi. Aunque vos ya lo sabés no?.

Te quiero Lele.


Para leer sobre otras enemistades pueden pasar por lo de Gustavo

viernes, 18 de junio de 2010

Perdiendo recuerdos


Somos máquinas de crear recuerdos. Lo hacemos todo el tiempo.
Cuanto se tarda en crear un recuerdo? Unos segundos. Cuanto tardamos en deformarlo? Toda la vida.

Como si fuéramos directores de una película vamos cambiando de a poco la escenografía, le vamos agregando cosas, palabras, pausas; lo vamos transformando y modificando a nuestro antojo y también sin querer, en forma totalmente involuntaria. Finalmente ya no sabemos si lo que recordamos sucedió tal como nos parece o es producto de nuestra imaginación. Seguramente en lo esencial el recuerdo será real, pero los pormenores, los pequeños detalles irán cambiando con el tiempo; lo revisamos una vez y otra más, le agregamos color o sentimientos según nuestro ánimo del momento.

Y en ese vaivén mental, a veces el recuerdo se va diluyendo. Desesperadamente tratamos de recuperarlo, de aferrarlo a nuestra memoria. Confrontamos nuestros datos con los de los demás, pero no sirve de mucho, cada uno fija cosas diferentes de una misma situación, recuerda a su manera y entonces las versiones serán distintas. La bruma del tiempo irá desdibujando el recuerdo y tendremos una idea cada vez mas vaga de ese viaje que tanto disfrutamos, de esa persona tan interesante con la que conversamos casualmente o de esa fiesta de la que solo nos queda alguna foto que se va poniendo amarilla.

Pero lo peor de todo es ir olvidando las caras, las expresiones, las voces, las risas de aquellos que quisimos tanto y que ya no están. Me entristece ir perdiendo la imagen mental de mi padre por ejemplo, la inflexión de su voz, su manera de mirar por sobre los anteojos … . No hay foto que pueda recuperar eso; no hay nada que me devuelva los pequeños detalles.
El tiempo es implacable en este sentido. No me gusta pensar que llegará el día en que su imagen sea tan borrosa en mi cabeza que ya no logre verlo … y lamentablemente ya está sucediendo.
El sentimiento seguirá eternamente intacto, pero los sonidos y los rasgos se harán humo y niebla.

Hay algún recuerdo que hayan perdido o estén perdiendo?

El domingo se festeja en Argentina el día del padre. Vaya entonces un recuerdo para mi viejo y un abrazo para todos los padres de la blogósfera.

miércoles, 9 de junio de 2010

Este Jueves un Relato: Hacemos Deporte?



Deportes … deportes … . Siempre me gustaron, sobre todo los que tienen que ver con el agua. Me hubiera encantado hacer nado sincronizado por ejemplo. El problema es que tengo poco espíritu de competencia, asocio el deporte con la diversión. Y además es sabido que un buen deportista necesita voluntad, concentración, empeño, orden, espíritu de sacrificio, tenacidad, … que será todo eso por las barbas de Neptuno???. Ninguna de esas virtudes venía en mi currículum cromosómico al nacer; en el papel que le entregaron a mis padres solo decía “Felicidades esta es Any: E’ lo que hay, así que a ver como se las arreglan”.

“A hacerte la payasa te vas a otro lado!” - me dijo una vez a los gritos un profesor en la cancha de basquet. Y me arruinó la diversión y la carrera de basquetbolista profesional. Quien querría pasar 4 o 5 horas por día con semejante energúmeno, cara de amargo, que lo único que hacía era gritar y tratarnos como si estuviéramos en el ejército. Yo no por supuesto.
Asi que me pasé al volley, después al tenis, intenté aprender a esquiar (que lindo es!) … todo lo hice en forma mediocre, mas o menos mal, nunca logré destacarme ni tomármelo en serio.
Lo último que hice con cierta regularidad hasta el año pasado fue tai chi chuan, que curiosamente es una actividad tranquila, “seria” y que ayuda inmensamente a la flexibilidad del cuerpo y a la concentración de la mente, entre otras cosas. Y me gustó.

Si me pidieran nombrar un deporte cotidiano me inclinaría por la risa sin dudarlo. Si, si, la risa es un deporte señores. O por lo menos tiene muchos de los beneficios que se obtienen practicando alguna de las actividades tradicionales. Oxigena los pulmones y el cerebro, regulariza el ritmo cardíaco, la presión arterial y la función intestinal (otra que el Activia!), relaja las tensiones, reduce el stress, quema calorías! Cuando reímos el organismo produce endorfinas o sea opioides (ah guau!) con efectos analgésicos, tranquilizantes y/o euforizantes. Encima es gratis, que mas se puede pedir?
Lamentablemente esto de reir se practica poco; un niño sonríe un promedio de 300 a 400 veces por día, un adolescente unas 70 y un adulto … solo unas 10 a 20 veces diarias.
Vayamos tras la risa, si se esconde busquémosla, si no aparece inventémosla. Si estamos tristes vistámonos con ella que aunque a veces sea solo un disfraz, igual servirá para contagiar a otros y hacer el camino un poco mas liviano.
Convirtamos a la risa en deporte y practiquémoslo a consciencia.


Para leer a otros deportistas pueden pasar por lo de Gustavo: