lunes, 13 de septiembre de 2010

Cierre los ojitos, no los deje abiertos, que si no se duerme, se va a quedar despierto ...


Es un placer dejarse invadir suavemente por el sueño. Incluso luchar brevemente contra el. Los sonidos del ambiente se van diluyendo, se hacen lentos y pesados y uno se deja ir, se vuelve pluma, algodón delicado flotando hacia otra dimensión. Relajamiento total, abandono perfecto, un disfrute previo a cerrar los ojos que dura apenas unos segundos.
El instante ideal se produce unos minutos antes: La pequeña ceremonia de irse a dormir, ovillarse o estirarse y sentir que la suavidad de las sábanas nos envuelve. Es en ese momento que nos baja todo el agotamiento de un día de trabajo, corridas, esfuerzo; nos hemos ganado sobradamente el reposo e intentamos descontracturar cuerpo y mente. No siempre lo logramos, hay días en que la cabeza sigue a mil y los músculos continúan tensos como esperando una nueva orden para volver a ponerse en movimiento.
La noche en que se produce la maravilla de la relajación completa es el resultado de una alquimia compleja que utiliza ingredientes indispensables como abandono, distensión, mente en blanco … . Cada cual necesita cosas diferentes y tiene su propia receta: oscuridad total, una pequeña luz encendida, leche caliente, silencio absoluto, la radio o la tele encendidas, alplax, té de tilo, sexo salvaje, palabras dulces, leer, comer algo dulce, una ducha tibia, un cognac, un abrazo … .

Algunas noches tu abrazo pasa por mi cabeza como un flash. Un cerco de brazos largos que dejaba el mundo afuera y me defendía de cualquier cosa. Es raro porque a vos ya no te extraño, en la vida vertical nunca logramos mas que acuerdos breves e intermitentes y desacuerdos largos, dolorosos. Extraño si la sensación de sentirme a salvo, de sentirme inmortal dentro del abrazo. No me ha vuelto a pasar con nadie.
A veces tardo en conciliar el sueño, otras me desmayo sobre la cama y quedo como inconciente hasta el otro día. Odio desvelarme porque es la ocasión ideal para pensar en calamidades y desastres que por lo general (y por suerte) no ocurren. Nunca me duermo antes de las 12. No me duermo si tengo los pies fríos. No ronco pero me gustaría roncar y hacer pi pi pi como Curly el gordito de los 3 Chiflados. Duermo mucho en vacaciones. Dormía poco o no dormía cuando estudiaba y tenía que rendir al otro día. Me encanta dormir la siesta los fines de semana, me gustaba esa frase que repetía Hanglin “y ahora me voy a dormir una de esas siestas que se toman prestadas a la muerte”.

Hay por allí algún desvelado, algún sonámbulo, alguien que ronque, alguien que hable dormido? Cual es la ceremonia personal del sueño de cada uno de uds? Que es lo que no los deja dormir? Se quedan dormidos con frecuencia?
Los leo.