miércoles, 6 de abril de 2011

Este jueves un relato a cuatro manos: La Cara


Observo tu cara purísima y resplandeciente y veo que de ella surge una luz silenciosa que todo lo desnuda, una luz que descubre paraísos y mares de ceniza.

Es una cara que oculta sombras con su belleza y vuela como un pájaro en libertad.

No puedo sacarte de mi cabeza, intentar olvidar tu rostro, es como ahogar el corazón y tratar de ignorarlo es como vivir a ciegas, dando tumbos.

No sé quien eres pero siento la imperiosa necesidad de hablarte. Como acercarme a ti? Con que excusa? En mi imaginación armo toda clase de planes fantásticos pero al sentarme frente a ti en el tren cada día, los desecho. Tienes una mirada triste e intensa, la belleza de esa mirada azul me paraliza, solo me queda observarte furtivamente cuando creo que no me ves.

Esta mañana al bajar has olvidado un sobre con papeles sobre tu asiento. He querido avisarte pero el tren ha sido más rápido que yo y ya estamos nuevamente en marcha.

Con cuidado abro el sobre, son exámenes médicos según el membrete de los informes. No debería leer pero me gana la tentación:

“Paciente: Juan Ignacio Lattari, 32 años.

Diagnóstico: ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica). Presenta endurecimiento y/o pérdida progresiva de fibras nerviosas.

Pronóstico: Atrofia/Parálisis muscular progresiva en un lapso de 6 meses a 2 años.”

Al final del informe, escrito en lápiz, leo lo siguiente: “A la chica guapa del tren: tu rostro es el mejor comienzo para mis mañanas; si has llegado hasta aquí comprenderás porque no me he animado a hablarte hasta ahora. Luego he pensado que perdido por perdido ... ahí va: Le concederías unos minutos de charla y un café a un condenado? Espero tu respuesta mañana.”

Escrito en colaboración con mi socia Inma Brujis.-

Otras caras en lo de Gustavo

www.callejamoran.blogspot.com