Doña Rita la correntina, mil años, bueno mil no pero así la
veía yo desde mis 6 o 7.
Infaltable el delantal con bolsillo sobre la ropa,
siempre uno distinto, no salía sin el. Y en el bolsillo llevaba caramelos que
nos convidaba cuando la abuela se paraba a charlar con ella camino del mercado.
De lo que decía nosotros le entendíamos menos de la mitad y
mi abuela que además era un poco sorda con suerte se enteraría de un 10% de la
conversación. Pero igual charlaban. Y
comentaban las novedades del barrio. Ideaban estrategias para que el bicherío
no se masticara el malvón blanco. Y se pasaban recetas.
“Que se come hoy Doña Rita?” – preguntaba la abuela
“Ay Ña Juli, ñemandá la feria, mi trajnepicada, hice
bóndigas de hormiga! – contestaba Rita con una gran sonrisa.
“Que rico, después me pasa la receta? – decía la abuela como
si nada.
Doña Rita come hormigas? Dijo que come hormigas!. No
entendíamos nada.
Nunca supimos que quería decir la vieja con eso de “bóndigas
de hormiga”. Albóndigas claro, pero ¿y lo de hormiga? barajamos las
posibilidades mas absurdas pero el enigma quedó sin resolver.
Hace poco vamos con mi hermano a comprar comida hecha.
Mientras estamos en el trámite de elegir, me da un codazo y me señala una
fuente humeante llena de bolitas en salsa roja: “¡bóndigas de hormiga!” las
palabras salen al unísono y nos da un ataque de risa ante la mirada atónita de
la empleada.
Los pequeños recuerdos
que se comparten con alguien, son como códigos secretos, indescifrables y
tontos para los demás, inestimables para nosotros. Hilos invisibles que nos
unen al otro, botones que están esperando que uno los apriete para disparar la
sonrisa y la nostalgia.
8 comentarios:
jajajajaja...me imagino su caras!...las de antes y las de ahora!...albóndigas de hormiga!jejejeje...qué será eso! vaya uno a saber...en una de esas tenés suerte y pasa por acá un correntino y te deja la receta y te las preparás vos misma! jejejee
Sobre los lazos que nos unen a quienes compartieron nuestra niñez bien de cerca -me pasa, claro con mi hermano y primos- no hace falta decir que son únicos, entrañables, indestructibles, y afloran cuando menos lo esperamos trayéndonos recuerdos de épocas idas!
=)
muy linda anécdota, vecina...y su manera de contarla, una delicia...como las bóndigas, vio? jejejeje
Y os quedastis sin saber que eran las hormigas??? Los recuerdos, añorados momentos y los de la infancia siempre tan tiernos y buenos.
Besitos y gracias por compartirlo
A veces ni falta hace hablar. Con una mirada basta.
Entre los caramelos y las bóndigas, la correntina se grabó un lugar en su memoria.
Seré curioso: ¿las probaste? ¿que talco?
Un abrazo
Y que buena excusa para hechar unas risas ,para animar el día .
Besos desde Málaga .
Yo también me pregunto qué serán las albóndigas de hormigas. Quizás escucharon mal y decía otra cosa, claro que no sé qué puede haber dicho.
Es cierto, los recuerdos compartidos forman códigos secretos, y unen a los que los vivieron y dejan afuera a los que no compartieron esa vivencia.
Besos.
Vecina, prepararé las albóndigas y la invitaré ... jejeje
=D
Maria José, nos quedamos sin saber, misterios de la vida ...
ojO, ta loco? pero guarda que la vieja cocinaba bárbaro, no le cuento el chipá que hacía ...
Annick, siempre es buen momento para reir
=D
Mariela, es que ese es el punto, no entendíamos lo que decía. Sonaba como hormigas. La conclusión a la que llegamos fué que tenía que ser algo relacionado con migas (de pan), las haría con carne picada y miga de pan ... que se yo, pero a ella se le escuchaba "hormigas" clarito, clarito ...
=S
Sí que es verdad, yo también tengo de esos especialmente con una amiga de las de toda la vida! Hay que ver, y más de uno. Esos códigos te atan y mucho porque describen y recuerdan momentos emotivos o escenas que añoramos.
Un besito.
Y en éstas ¿están ricas las hormigas en bondigas?
Me quedo con las ganas, bendita seña Rita, lo que se da no se quita, así que dígame, ¿de qué raza las hormigas?
Esos momentos compartidos en el recuerdo saben a bóndigas divinas.
Besito.
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