Terminadas las vacaciones recomienzan la rutina y los problemas.
Hace unos días empecé a sentir un olorcito a gas – “me habrá parecido” – pensé queriendo obviar el tema. Pero el olor seguía, cada vez mas intenso, obligándome a cerrar la llave de paso cuestión de no morir asfixiada o, lo que es peor, volar por el aire repartiendo mi humanidad en pedacitos por todo el edificio (los vecinos encantados me imagino).
Me gusta “la emoción del peligro” pero esto de vivir al borde de la explosión me pareció demasiado, asi que llamé al gasista. “La válvula piripitifláutica que conecta con el caño de pomporirá (eso fue mas o menos lo que entendí de todo lo que dijo) que es el que lleva el gas a la cocina está totalmente picado y podrido” – sentenció el gasista con cara de experto – “cuanto hace que ud tiene la cocina en estas condiciones? No sentía el olor a gas? – agregó con tono de querer decirme “Pelotuda, que te pasa? Tenés el sentido del olfato atrofiado? No te das cuenta de que tu casa está por desaparecer en cualquier momento por culpa de esta cocina que es la que traía Colón en la carabela?”
“No Sr, no sentía el olor, cuando empecé a oler el gas cerré la llave automáticamente” – le contesté con cara de “mas pelotuda será tu hermana” – “tiene arreglo o no? “
“Y vea, yo puedo intentar cambiar la pieza entera, le va a salir caro y no le puedo garantizar que quede bien. Mi consejo sería que se compre una cocina nueva”.
“Que? Como? What? Comprar una cocina? Pero ... no puedo ... un aire acondicionado necesito, no una cocina !!! Naaaaaa ... nonononono ... no me compro una cocina ... para que quiero una si no cocino nada ... me compro una pava eléctrica y de última si tengo que cocinar algo prendo una fogata con unas cuantas maderas y unos diarios, como si estuviera acampando ...” – monologué ante la cara desencajada y horrorizada de mi madre.
Si, me voy a comprar una , no soy una troglodita, además de vez en cuando me viene una suerte de inspiración culinaria y se me da por hacer algo (que siempre me sale horrible, pero ese es otro tema); la mas barata, la mas sencilla, para mi estará bien porque realmente no es algo que use mucho. Pero juro que valió la pena ver la reacción de mi progenitora, se fue convencida de que su hija necesita tratamiento psiquiátrico urgentemente ahjajajajaja!!! Por lo menos me reí un rato, hasta que entré en internet y vi los precios de las cocinas ... . Hay algunas que salen casi $6.000! Creo que necesito justamente una de esas porque supongo que por ese precio el aparato hace aparecer mágicamente el plato que uno le pida en 5 minutos ... (mínimamente, digo, sino no se entiende que cueste esa fortuna).
Cuando la estrene están todos invitados a casa, asi que vayan pensando en lo que quieren comer. El menú será a la carta por supuesto.
Hace unos días empecé a sentir un olorcito a gas – “me habrá parecido” – pensé queriendo obviar el tema. Pero el olor seguía, cada vez mas intenso, obligándome a cerrar la llave de paso cuestión de no morir asfixiada o, lo que es peor, volar por el aire repartiendo mi humanidad en pedacitos por todo el edificio (los vecinos encantados me imagino).
Me gusta “la emoción del peligro” pero esto de vivir al borde de la explosión me pareció demasiado, asi que llamé al gasista. “La válvula piripitifláutica que conecta con el caño de pomporirá (eso fue mas o menos lo que entendí de todo lo que dijo) que es el que lleva el gas a la cocina está totalmente picado y podrido” – sentenció el gasista con cara de experto – “cuanto hace que ud tiene la cocina en estas condiciones? No sentía el olor a gas? – agregó con tono de querer decirme “Pelotuda, que te pasa? Tenés el sentido del olfato atrofiado? No te das cuenta de que tu casa está por desaparecer en cualquier momento por culpa de esta cocina que es la que traía Colón en la carabela?”
“No Sr, no sentía el olor, cuando empecé a oler el gas cerré la llave automáticamente” – le contesté con cara de “mas pelotuda será tu hermana” – “tiene arreglo o no? “
“Y vea, yo puedo intentar cambiar la pieza entera, le va a salir caro y no le puedo garantizar que quede bien. Mi consejo sería que se compre una cocina nueva”.
“Que? Como? What? Comprar una cocina? Pero ... no puedo ... un aire acondicionado necesito, no una cocina !!! Naaaaaa ... nonononono ... no me compro una cocina ... para que quiero una si no cocino nada ... me compro una pava eléctrica y de última si tengo que cocinar algo prendo una fogata con unas cuantas maderas y unos diarios, como si estuviera acampando ...” – monologué ante la cara desencajada y horrorizada de mi madre.
Si, me voy a comprar una , no soy una troglodita, además de vez en cuando me viene una suerte de inspiración culinaria y se me da por hacer algo (que siempre me sale horrible, pero ese es otro tema); la mas barata, la mas sencilla, para mi estará bien porque realmente no es algo que use mucho. Pero juro que valió la pena ver la reacción de mi progenitora, se fue convencida de que su hija necesita tratamiento psiquiátrico urgentemente ahjajajajaja!!! Por lo menos me reí un rato, hasta que entré en internet y vi los precios de las cocinas ... . Hay algunas que salen casi $6.000! Creo que necesito justamente una de esas porque supongo que por ese precio el aparato hace aparecer mágicamente el plato que uno le pida en 5 minutos ... (mínimamente, digo, sino no se entiende que cueste esa fortuna).
Cuando la estrene están todos invitados a casa, asi que vayan pensando en lo que quieren comer. El menú será a la carta por supuesto.
