lunes, 26 de abril de 2010

A la hora señalada


Jefe: … y recién termino de hablar con García, te estuvo esperando en Colegiado 2º para firmar el poder, y vos no apareciste, que pasó? te olvidaste?

Any: No, yo estuve alli a la hora convenida

Jefe: Bueno, García me dice que no fuiste, no creo que me mienta ...

Any: No sé, yo estuve alli a las 8:30 en punto como convinimos; antes de las 9 tenía que estar en la 3era, ud me dijo que pasara por alli antes de las 9, recuerda?; a García lo esperé hasta las 8:55 y pensé que no venía ...

Jefe: Tendrías que haberlo esperado poco mas; el me dice que se viene desde Funes hasta Rosario para firmar el poder y resulta que no hay nadie. No hay que ser tan impaciente, podés esperar unos minutos ...

Y fue demasiado, si hubiera tenido algún elemento contundente a mano creo que lo hubiera usado con gusto ...

Any: Yo lo esperé ... 25 minutos lo esperé. Y no es la primera vez; a Garcia lo he esperado 40 minutos, 50 y hasta mas de una hora. Me parece una falta de respeto tener que esperar esa cantidad de tiempo porque si, porque el Sr. Garcia acostumbra a llegar tarde. Ni llamarlo puedo porque apaga el celular. Yo estoy trabajando, el viene desde su casa si, pero sin apuro porque no tiene nada que hacer (es jubilado). Mi tiempo vale tanto o mas que el de el, no es impaciencia, es cansancio de que me pasen por arriba, yo no lo espero mas; no lo tome a mal, pero yo no voy mas a firmar con Garcia, dígale a alguna de las chicas ...

No sé como dije todo eso, creo que ni cuenta me di. Menos mal que sonó el teléfono y me cortó la inspiración. Debe haber sido San Cayetano, que no quiere verse mezclado en el ímprobo esfuerzo de andar buscándome un nuevo empleo. Me da la impresión de que no estoy haciendo muchos méritos para el aumento ja!

A muchos podrá parecerle un estupidez, a mi la puntualidad me parece importante, sobre todo en el trabajo. Hacer esperar a la otra persona, que todo se retrase porque yo no tengo la capacidad de llegar a la hora pactada, porque soy un tarado que no tiene ningún control sobre el tiempo ... me parece mal. Obviamente que hay eventualidades, algo puede pasar, puede haber razones que te retrasen una, dos, tres veces ... siempre no; unos minutos ... media o una hora no.
Leí por ahí que los galos para asegurar la puntualidad en las grandes asambleas de representantes, tenían la costumbre de matar sin excepción al último en llegar a las reuniones ... medio drástico, pero efectivo sin dudas.
Se lo voy a contar a Garcia si lo vuelvo a ver.