lunes, 5 de diciembre de 2011

ZONA DE PROMESAS

Me dio varias vainas recién cortadas. Las dejé secar siguiendo las indicaciones. Arruiné varias abriéndolas antes de tiempo pero finalmente obtuve un puñado de semillitas negras. Las planté en marzo sin mucha convicción supervisada por la tía. Venía lento el proceso. Apenas unos brotes verdes que tuve que cuidar del frío invernal y de la lluvia.
Mientras la vinca iba tomando forma, la tía se fue apagando y en septiembre decidió partir rápido y sin mucho protocolo, como hizo siempre. Y nos dejó a la planta y a mi en el medio del río y con pena. Nos consolamos entre las dos lo mejor que pudimos. Le pedí, le rogué, le exigí que floreciera, y nada, ni pelota … hasta hace unos días.





Puede una flor asi de chiquita hacerte llorar de alegría y de tristeza todo junto?
Si, puede.

“Tarda en llegar
Y al final, al final
Hay recompensa …”