domingo, 23 de octubre de 2011

Nuevos platos viejos



Los encontré en su casa y me los traje.

Porque me acordé de cuando la tía los usaba en Navidad. Ahí presentaba orgullosa su pionono primavera, con un poquito de ensalada rusa a la derecha y unas fetas de jamón crudo a la izquierda.
Yo era chica y me daba lo mismo comer en cualquier plato; ese manjar agridulce al que solo podía hincarle el diente una vez al año, era lo único que me importaba. Si me lo hubieran servido en la palma de la mano lo hubiera comido con el mismo entusiasmo. El plato era lo de menos.

Ahora es distinto. Desde hoy estos serán mis platos de lujo, esos que se usan en días especiales. No son los que elegiría si tuviera que comprarlos, pero elijo quedármelos porque conservan mil recuerdos y un breve sabor a infancia encerrados en la loza blanca.

Mis nuevos platos viejos, para la mejor ocasión.

Que conservás con especial cariño de esa persona querida?