domingo, 5 de abril de 2009

El teléfono


Domingo 8:10 a.m.

Rinnnggg, Rinnnggg, Rinnnggg

Any: Mñnñola …
Lula: Hola Any dormías?
Any: Mñmmsssi
Lula: Ayyyy nena perdoname! Te llamo mas tarde
Any: Luli? Y no, ya me despertaste … Que pasó?
Lula: Nada, quería que me pasaras la receta de los fideos con atún
Any: A esta hora? No es un poco temprano para cocinar?
Lula: No sé, que hora es? hace como dos horas que estoy despierta pensando que hacer de comer, hoy viene mi cuñada con el marido. Me pasás la receta, la anoto …
Any: Ehhhh, esperá … a ver … pelá y cortá cuatro tomates en cubitos, dos zanahorias, un pimiento ….
Lula: Tomate perita o redondo?
Any: Tomate Lula, de la variedad que mas te guste
Lula: horias …. pará che no tan rápido, zanahorias y que mas era …?
Any: Un pimiento
Lula: Rojo?
Any: Si que se yo, un pimiento del color que quieras …
Lula: miento … que más?
Any: pelá y cortá dos cebollas …
Lula: ollas … cuantas capas?
Any: Como cuantas capas?
Lula: Cuantas capas le pelo?
Tu tu tu tu tu tu tu tu tu


Domingo 10:30 a.m

Rinnnggg, Rinnnggg, Rinnnggg

Any: Hola
Alguien: Quien habla?
Any: Con quien quiere hablar?
Alguien: Marisa?
Any: No, está equivocado
Alguien: Como? Con que número hablo?
Any: Con que número quiere hablar?
Alguien: Porque tengo que decirle con que número quiero hablar?
Any: Y en principio porque ud llamó …
Alguien: Pero está Marisa o no?
Any: No hay ninguna Marisa acá, está equivocado
Alguien: Con que número hablo?
Tu tu tu tu tu tu tu tu tu

Domingo 11:50 a.m.

Rinnng, Rinnnggg, Rinnnggg

Any: Hola
Madre: Como? Todavía estás ahí?
Any: No, es el contestador automático, “deje su mensaje después de la señal pi pi pi”
Madre: Dejate de pavadas, a que hora pensás venir?
Any: Estaba saliendo, me volví a atender el teléfono
Madre: Mentira! Todavía estás en veremos!
Any: Bueno, si me seguís hablando nunca voy a poder salir …
Madre: Acordate de comprarme la quinoa en la dietética
Any: Hoy es domingo, está cerrado
Madre: Como cerrado? No trabajan los domingos? Asi estamos, en este país todos se quejan pero nadie quiere trabajar ….!!!! Porque no me la compraste ayer?
Any: Porque no pude, estuve ocupada
Madre: Ocupada en que? No te costaba nada ….
Any: Ocupada rascándome, porque? Yo te pregunto a vos que hacés todo el día?
Madre: A quien saliste tan maleducada vos?
Any: Adiviná ….
Madre: A mi no, a tu padre seguro … . Te conté que me encontré con Isabel? Te acordás de Isabel?
Any: Mmmm no, la reina de Inglaterra …?
Madre: Que? Nooo, Isabel, la que me vendía Avon te acordás?
Any: ssssomenos … después me contás de Isabel si? Sino no salgo mas ...
Madre: Y claro … si seguís perdiendo el tiempo … Mirá que te dije que vinieras temprano eh?, pasa que vos ….
Tu tu tu tu tu tu tu tu

Estoy considerando seriamente dar de baja el teléfono, o anular el servicio los fines de semana por lo menos.

viernes, 3 de abril de 2009

Sábados Literarios: Que pasaría si ...


La propuesta de este sábado es imaginar una hipótesis fantástica. Como no estoy muy bien de la cabeza podría imaginar un millón de estas hipótesis. Asi que antes de que eso pase y me abucheen por la extensión, cuelgo mi propuesta ya para no caer en la tentación de seguir agregando cosas mas tarde ...


Popurrí de "Que pasaría si ..."


Que pasaría si todos viniéramos al mundo con una alarma incorporada que sonara cuando mentimos?
“Claro que te quiero Marrrrta, jamás te sería infiel! Sos la mujer de mi vida …” rinnnnnnggg
“Llegué tarde porque mi auto se descompuso y no encontraba taxi …” rinnnnnggg
“Yo no lo maté Sr. Juez, se inclinó demasiado sobre la baranda y se cayó …” rinnnnnggg
“Yo sería incapaz de discriminar a alguien por su color, su posición social o su condición sexual ….” rinnnnggg
“Ehhh no sé … te juro que es la primera vez que me pasa …” rinnnnggg
“Me encantó tu regalo, era justo, justo lo que necesitaba …” rinnnnggg
“Si me votan les aseguro no ahorraré esfuerzos para sacar el país adelante, defenderé la justicia, sanearé la economía, …!” rinnnnggg rinnnnggg rinnnnggg!!!

Que pasaría si la luna fuera realmente de queso como leíamos en los cuentos infantiles?
En mi caso, hace mucho que estaría instalada allá con un cuchillo y una bolsa de pan francés … sobre todo si es gruyere.

Que pasaría si el dinero creciera en los árboles? Así solía decir mi madre, “que te creés? Que la plata crece en los árboles? (Y también tenía otra teoría con respecto a de donde sale el dinero pero … no me parece apropiada para estos sábados literarios jajajaj) Los dólares no servirían para nada por ejemplo, porque siempre estarían verdes ….


Que pasaría si el pelar cebollas en lugar de hacernos llorar nos hiciera reir a carcajadas hasta que nos dolieran las mandíbulas y el estómago? Creo que la dieta del planeta entero cambiaría y la cebolla cotizaría en Bolsa como un valor mas y nos la pasaríamos viendo si suben o bajan las acciones ... .

Que pasaría si las almohadas tuvieran la capacidad de hablar? Nos dirían palabras de consuelo cuando estuviéramos tristes, palabras de aliento a nuestra desesperanza, nos cantarían un arrorró para hacernos dormir, nos llamarían por la mañana “dale, que ya son las 7! se te hace tarde ...). También podrían contarnos los secretos de las personas que apoyaron en ella su cabeza ... aunque mmmmm!!! me parece que esto traería mas de una complicación ... .

Que pasaría si el placard/ropero fuera “autoordenable”, manteniendo así impecable su interior? También se encargaría de que apareciera colgada y ordenada la ropa de temporada y acondicionaría bien en el fondo la que se descarta por tres o cuatro meses.
Nos daría además la sugerencia del día, colgando en la puerta la combinación de pantalón y camisa apropiada según el clima y las actividades planeadas. (Si alguien sabe donde comprar uno me avisa??? Lo necesito urgente!)

Que pasaría si pudiéramos elegir el día de nuestra muerte? No tendríamos siempre un motivo para retrasar la partida? “Hoy mejor no, tengo que ir a la peluquería ... no me voy a morir con esta pinta ...” “Hoy tampoco, con este sol me voy a la playa! Lo dejamos para cuando esté mas feíto, si?”
Que pasaría ehhhh .....?????

miércoles, 1 de abril de 2009

El valor de las cosas


Generalmente lavo la ropa el fin de semana y la tiendo en la terraza donde cada departamento tiene asignada una jaula. Entre semana solo lavo la ropa interior del día y la cuelgo como venga, en un tender en el balcón (si, ya sé que no queda muy decorativo pero me ahorra tiempo y esfuerzo).
Pero a la musculosa fucsia no, ; la musculosa fucsia fue “la” compra del verano: me enamoré a primera vista de ella y a ella le pasó lo mismo creo, si hasta podría jurar que fue ella la que me chistó cuando pasé esa mañana frente a la vidriera: “Pst Pst ... Hermosa doncella, libérame de este destino opaco de escaparate de barrio, llévame contigo!” (si, que pasa? Las musculosas son así de rebuscadas para hablar, además esta venía de la India así que posiblemente estuviera doblada al castellano neutro, y ... y además no tengo porque dar tantas explicaciones che, hablaba asi y punto). Como sea, era una prenda simple pero atractiva, su color brillante hacía parpadear al que la veía y tenía un pequeño bordado hecho en mostacillas de colores adelante. Tenía algo especial, llamaba la atención. Para ser sincera, resultó bastante cara, pero uno no puede reparar en tal detalle insignificante en esos momentos de frenesí adquisitivo, “el amor es mas fuerte” como dice la canción. Así que pagué lo que me pidieron y me la llevé.
Bien, decía que a mi musculosa fucsia le dedicaba mis mejores esfuerzos como lavandera y la colgaba sin estrujar, con toda el agua (para que no se arrugara demás), en una percha dentro de la jaula, después que bajaba el sol (para que el color no se mareara). Si bueno, estaba medio paranoica como quien dice, pero me gustaba tanto que pretendía cuidarla con un poco mas de esmero, tenía la ilusión de que envejeceríamos juntas ... Error, el domingo a las 22 cuando subí a buscarla solo encontré la percha vacía. Me la robaron!!! Quién? Como??? Metieron la mano por un pequeño hueco que hay en el alambre sin dudas. Tiene que ser alguien de acá - pensé – que hago? que hago? que hago???? Organizo una razzia por todo el edificio? No, demasiado extremo. Pongo un cartelito en el ascensor ofreciendo una recompensa? No, si no tengo una moneda, debería pagarla en especies ... ehhhh … ah no, descartado. Bueno, recompensa no, pero puedo poner algo intimidatorio tipo “Devolveme la musculosa o sos boleta” “Sé quien sos, dejá la musculosa en la jaula de donde la robaste o atenete a las consecuencias”, o algo que inspirara compasión “Dale devolveme la musculosa que es la única que tengo, por favor que te cuesta!” , finalmente me decidí por un sobrio “El que haya “encontrado” una musculosa fucsia favor de devolverla en el 8º H, gracias”.

Nada ni noticias. Sé que no la voy a recuperar, tampoco es tan importante, pero me quedé pensando como se apega uno a las cosas, y no hablo ya de cosas valiosas que sería mucho mas lamentable perder, sino de las cosas de uso cotidiano, cosas chiquitas pero que para uno tienen un significado especial. En lo que va del año llevo perdidas dos de estas cosas, las dos por robo. La última foto carnet de mi viejo que llevaba en la billetera que me robaron en las vacaciones (lo conté aquí el 01/02) y ahora esta prenda de la que me había “enamorado” tontamente. Si una pavada, me puedo comprar otra, no igual pero parecida o quizás mejor, pero me gustaba “esa”. En fin. Y como dicen que no hay dos sin tres, estoy pensando que será lo próximo que me roben, ojalá el dicho se equivoque…

Uds, gente que pasa por San Ignacio, tienen algo de poco valor material pero que consideren muy valioso y que lamentarían perder? Que? Me cuentan?

lunes, 30 de marzo de 2009

Fin de semana salvaje!


Pregunto, porque medio mundo se empeña en que el fin de semana sea una maratón de actividades para pasarla bien? Desde el viernes a las 22 hasta el domingo a las 20 mas o menos, uno está supuesto a divertirse como loco todo el tiempo como si fuera el último fin de semana de su vida? Que pasa si uno tiene ganas de quedarse tirado en un sillón como una bolsa de papas (papas negras, sin lavar) leyendo un libro? “Que poca onda che!” Y si uno quiere ir al río? A que? a nada, a sentarse allí tipo vaca mirando pasar el tren (o los barcos en este caso) y no mover mas que los párpados? “Ese es tu plan de domingo? Que aburrido!” Está mal que el plan sea tomarse un termo de mate en el balcón, con la música preferida a todo volumen, para mirar las palomas de enfrente desparramada en una reposera vieja? “A eso le llamás plan? Que amarga!”
Y si, yo te puedo aceptar una (1) actividad social cuanto mucho por fin de semana. Cuantas cosas querés que haga? Si corro de lunes a viernes como los bomberos, porque tendría que seguir corriendo el sábado y el domingo, pendiente del reloj, de lo que me voy a poner, y de donde quedamos en encontrarnos (donde era? me olvidé …) ; no, no quiero, no tengo ganas, no me interesa ir por ejemplo los sábados “al cine, a comer, a bailar y a desayunar a las 7 en un after hour”, de solo pensarlo me canso, me da urticaria. Estoy vieja sin dudas, casi nada de ese plan me entusiasma, salvo quizás el cine. Con los años me he vuelto mas diurna, y mas partidaria del aire libre y del dolce far niente.
No le veo la gracia a atosigarme de cosas para hacer, de gente para ver, de charlas que me interesan cada vez menos; no quiero presiones, obligaciones, ni salidas compulsivas, el finde es mío y hago lo que se me canta.
Así que no way, no cuenten conmigo, ahá si, tengo menos onda que un renglón, soy cero divertida, soy rara, quien me entiende, ... si, ya sé todo eso, no se gasten. Por ahora lo paso bien así, estoy en una etapa contemplativa, y si claro, si cambio de idea les aviso.

viernes, 27 de marzo de 2009

Sábados Literarios: La primera vez ...


Para Mercedes la inspiradora de estos sábados y también para Ardilla que hoy tomó la posta. Un abrazo a cada una.-



La primera vez que entré en casa de la vieja Morselli un impresionante olor a humedad me pegó de lleno en la nariz – “Uajjjj que olor!” – dijo mi hermano que me había acompañado – “Shhhh callate nene!” .
La vieja Morselli vivía enfrente de la casa de mi abuela y vendía huevos, “huevos caseros y frescos” según rezaba un cartel enganchado en la ventana. Mi abuela hacía unas tortas espectaculares y no usaba otros huevos, según ella esos eran los mejores.
Nos había prometido una “paisanita” con dulce de membrillo, - “Cruzate a lo de la Morselli y traeme una docena de huevos” – me dijo mientras se ataba el delantal a la cintura.
-“Que? Noooo, que vaya Javi, yo no voy” -
-“Porque yo? La abuela te dijo a vos nena!”-
-“Vayan los dos. Vayan o se quedan sin torta eh?”- amenazó la abuela.
Cruzamos, -“Hablás vos eh?”- se atajó Javier.
Riiiiiinnnngg !! “HolasoylanietadeJuliaquierounadocenadehuevosdecolor” dije sin respirar.
-“Pasen”- dijo con voz áspera la Morselli. Mi hermano caminaba pegado a mi espalda con cara de susto. Atravesamos un comedor con muebles viejos y olor a rancio, había un gato gordo durmiendo sobre la mesa, que abrió un ojo cuando le pasamos al lado.
Llegamos al patio, allí tenía el gallinero y los huevos para la venta. Mi hermano quedó fascinado con las gallinas, no sé, se ve que en otra vida debió ser ave de corral, porque las gallinas se le acercaron cacareando como reconociéndolo.
-“Tenés gallinas vos?”- preguntó la Morselli con voz de trueno
-“Nnnn nno”- , tartamudeó Javi
-“Hay pollitos ahí en la jaulita, querés uno?”- graznó la vieja
-“Nnnn no te- tengo plata”- contestó mi hermano cada vez mas asustado.
-“Llevate uno, si lo vas a cuidar, te lo regalo”-
Por supuesto que mi madre no quiso saber nada de tener un pollo en casa, mi abuela menos, así que al otro día volvimos con el pollito a casa de la Morselli.
-“Mi mamá no me deja tenerlo”- dijo Javi alargando la cajita de cartón agujereada con el pollito adentro – “Vos me lo guardás aquí y yo lo vengo a ver todos los dias”??-
Que dice este pibe?? La tutea?? Creí que la vieja nos iba a sacar a escobazos a Javi, al pollo y a mi; pero ... no, no solo no nos echó, sino que accedió a tener el pollito en custodia y que nosotros lo visitáramos.
Volví varias veces a la casa de la vieja Morselli para acompañar a Javi, hasta que un dia me dijo: -“No vengas si no querés, no le tengo mas miedo a Maria Luisa”-
-“Maria Luisa? La vieja se llama Maria Luisa???” pregunté sorprendida de que mi hermanito conociera ese detalle.
-“Si nena, y no es una vieja, es mi amiga”
Javi siguió visitando su pollo- al que bautizó Luisito (¿?)- durante mucho tiempo, y a veces hasta le traía huevos a mamá -“Me los regaló Maria Luisa”- decía con orgullo. Nunca supe de que hablaba con la Morselli durante las visitas, de nada creo, eran amigos y no hacían falta grandes charlas, un “hola” al llegar y un “chau hasta mañana” eran más que suficientes.

miércoles, 25 de marzo de 2009

El abanico negro


Carolina llegó a la escuela en quinto grado y desde ese momento nos hicimos inseparables. Caro era hija única y vivía con Coca su madre. Coca era una mujer bajita, algo regordeta, con unos ojos muy grandes y oscuros siempre perfectamente delineados. Se vestía muy llamativa con colores estridentes , usaba muchos collares y aros grandes, y una veintena de pulseras que le ponían un tilín tilín a los ademanes con los que siempre acompañaba sus palabras.
Lo mas llamativo de Coca era el pelo, negro y largo hasta la cintura, lo llevaba siempre peinado en una trenza, que pocas veces dejaba suelta, generalmente la enroscaba formando un gran rodete. Supongo que me llamaba tanto la atención porque la comparaba con mi madre que siempre usó el pelo muy corto, unos aritos muy pequeños de oro como único adorno y la cara lavada.
Pero lo que a mi mas me gustaba era el abanico que usaba Coca; un abanico negro de encaje, con una especie de bailaora, supongo, pintada en un costado. Como me gustaba! Cada vez que iba a casa de Caro contemplaba el abanico que Coca solía dejar dentro de la ponchera sobre la mesa del comedor. Un día me contó la historia del abanico; su madre nacida en Málaga era gitana, a los 20 años conoce un muchacho en el pueblo y se enamoran; en su casa se niegan rotundamente a aceptar la relación porque el no era gitano y amenazan con casarla a ella con un primo que vive en otro pueblo. Entonces la pareja se escapa, se casan y un tiempo después se embarcan rumbo a América; el día que sale de su casa con lo puesto para no delatar su intención de escapar, le pide prestado el abanico a su madre; sabe que no volverá a verla y quiere llevarse algo de ella.
Asi el abanico era el único recuerdo, la única referencia que Coca tenía de su abuela materna a quien solo conoció por los relatos de su madre.

La casa de Caro y Coca se convirtió en mi segunda casa, alli jugué, estudié, crecí, pasé buenos y malos momentos; allí en la cocina de mis amigas lloré a los 16 el final de mi primer amor, cosa que ni siquiera hice en mi propia casa. Ellas dos fueron parte de mi vida y mi familia.
El año pasado le diagnosticaron a Coca un cáncer de páncreas que la fulminaría en 6 meses. Estuvo varias veces internada, la última internación duró como un mes durante el cual fui a verla cada vez que pude. Un sábado a la mañana llego a la clínica y la encuentro discutiendo con Carolina. -“No se quiere cortar el pelo- me dice Caro – y con tantos días en cama la trenza está hecha un matete imposible de peinar. Se lo tiene que cortar.” Caro está triste, nerviosa y agotada, “tengo que ir hasta la obra social, te podés quedar un ratito?” “Claro – contesto- andá tranquila”. Nos quedamos solas. Coca está muy desmejorada ya, pero conserva su sonrisa.
“Te puedo pedir un favor Anita?” – pregunta.
“Si obvio Coca, querés que te vaya a comprar algo?”
“No, decime Any, no te animás a desenredarme la trenza?? No tengo fuerzas para peinarme yo y no me la quiero cortar!!”
Me parte el alma el pedido, no puedo decirle que no. Asi que con mucha paciencia le desarmo la trenza, la verdad es que Caro tiene razón, es una maraña. Voy hasta el kiosko y compro un par de sobrecitos de crema para peinar y arranco.
Me lleva casi tres horas desenredarle el pelo, lo hago despacio, no quiero tironearle ni hacerle mal. Armo la trenza que ahora es gris, y la enrosco no en un rodete sino enmarcándole la cara, para que no le moleste al apoyar la cabeza en la almohada.
Cuando vuelve Caro no lo puede creer, las dos están tan contentas ... . Me despido de Coca que me abraza fuerte y me agradece sin palabras. De saber que era la última vez que la vería, también le hubiera agradecido por tantas cosas! o me hubiera quedado mas tiempo o algo, no sé . Coca murió tres días después, a fines de noviembre.

Ayer feriado me llama Caro para invitarme a comer, “venite que el Gordo quiere estrenar el disco que se compró con un pollito a la cerveza”. Ok voy; un éxito el pollo, estaba buenísimo!
Se hace larga la sobremesa, la familia del Gordo propone tomar unos mates pero yo paso, son las cuatro y media de la tarde ya y tengo un par de cosas que hacer en casa, así que me despido y Caro me acompaña hasta la puerta:“Antes de irte, tomá esto es para vos” – me da un paquetito alargado envuelto en papel de regalo.
“Que es esto? – pregunto- no es mi cumple hoy ...”
“No ya sé, esto – me dice- es un regalo de Coca para vos” .
Abro el paquete y adentro está el abanico negro; se me nubla la vista, “estás loca, como me vas a dar el abanico de tu vieja?”
“Ella quiso , te acordás del sábado que la peinaste? Bueno, se quedó tan feliz ese día! dijo que quería agradecerte y sabía que te gustaría conservar el abanico negro, que en realidad siempre había pensado en regalártelo, pero se le fue pasando ... charlamos tanto ese sábado, nos acordamos de tantas cosas ... y vos estuviste siempre presente. Te quiso mucho mi vieja sabés?”
Tengo un nudo en la garganta que me impide hablar, asi que le doy un beso a Caro y me voy corriendo.

No tengo su gracia para usar el abanico, no pega con los jeans ni con el tipo de ropa que uso habitualmente. Para una fiesta quizás ... mmm si, puede ser.
Mientras tanto tengo pensado llevarlo a que le hagan un soporte o algo para colgarlo en la pared del living, desde allí me va a alegrar la vista y el ambiente y seguramente a Coca le gustaría la idea ...
.
Pido disculpas por la redacción, lo subo sucio como va saliendo porque estoy en mi hora de almuerzo y no tengo demasiado tiempo. En casa la señal de Internet no anda bien y no quise arriesgarme a que se me vayan las ideas y la emoción que todavía me dura.
Espero que sea medianamente legible.-

domingo, 22 de marzo de 2009

La tía


Tengo 12 sobrinos entre 0 y 15 años, es un número eh? Los veo un par de veces por año porque ninguno vive en Rosario y a veces hasta los extraño …


Con Juan, (7)

Juan: Tía puedo ir arriba a jugar con Julián?
Any: No.
Juan: Daaaale, porque no? Puedo ir?
Any: Te invitaron?
Juan: No.
Any: Entonces no, uno no va a la casa de alguien sin que lo inviten primero.
Juan: Porque? Vos siempre venís y nosotros nunca te invitamos … Puedo ir?
Any: …. si … andá.


Con Mati, (5) y Rosario (3) en un local del Shopping

Ro: Tía me comprás el perfume de las princesas?
Any: No, no puedo gastar plata, soy pobre.
Ro: Y la cartera de la Barbie?
Any: No Ro, no tengo plata, soy pobre.
…………………………………….
Ro: Tia me comprás los sellitos de Kitty?
Any: No puedo, soy pobre como una rata.
…………………………………….
Ro: Tia me comprás plastimasa?
Mati a los gritos: No te va a compraaaaar nadaaaaa nena! No ves que la tía es pobre como una rata????
Todo el local entero me mira … cri cri cri ….


Con Damián (3)

Dami: Putos, putos, putos, putos, …..
Any: Basta Dami …
Dami: Putos, putos, putos, putos, …
Any: Cortala che!
Lo agarro de un brazo y lo saco al patio.
Any: Cuando termines con eso volvé.
…………………………………………
Toc, toc
Dami: Tengo frío acá … Puedo entrar y decir pedo?
Any: …. Está bien ….. entrá.


N de la R: En realidad siempre los extraño, aunque envejezca un par de años en cada vacación =)