Esta historia la subí el año pasado; cuando llega la Pascua este recuerdo vuelve inevitablemente, en especial si se da la posibilidad de que nos reunamos todos para esta fecha. En la charla de sobremesa La Pochocola es un clásico.
Javier sigue convencido de que sus actuales problemas de acidez estomacal comenzaron con La Pochocola; mi madre insiste en que debió encerrarnos en un reformatorio a edad temprana. Y nosotros opinamos que deberíamos haberla denunciado a minoridad por obligarnos a tomar el jugo que preparaba Pocho, en fin … .
Que descansen mucho y disfruten estos días libres.
Siempre me gustó la Coca Cola, mas aun cuando era chica, creo que porque en casa la Coca tenía la entrada prohibida. Mi madre siempre pensó que esta no era una bebida sino un brebaje demoníaco que arruinaba los dientes, el estómago y las mentes infantiles; producía adicción además, teníamos que tomar y tomar hasta ver el fondo de la botella, no podía guardarse “para después”, “para mas tarde”; si había Coca se tomaba toda de un saque, y nos peleábamos como leones furiosos por un sorbo mas o menos “ El tomó mas!” “Salí nena, dame la botella!”!
El único que respaldaba nuestro vicio era papá, que nos dejaba tomar toda la Coca Cola que nos diera la gana durante el mes que pasábamos con el; pero claro, al viejo lo veíamos - con suerte - una vez por año, no nos alcanzaba. Cuando volvíamos de su casa era un suplicio volver a tomar ese jugo concentrado espantoso que compraba mamá. Seguramente y a juzgar por la apariencia mugrosa de Pocho, el sodero que lo fabricaba, ese líquido en bidón, de color fosforescente, sabor incierto y pretensiones de jugo de naranja, era 20 veces mas insalubre, infecto y nocivo que el elixir prohibido.
No entiendo como mi madre, por lo general bastante remilgada, permitía que tomáramos esa pócima coloreada, que de casualidad no hizo que nuestros estómagos se secaran y se cayeran . Lo que no te mata te fortalece dicen, doy fe.
Para peor, en un rapto de inspiración a Pocho se le ocurrió fabricar una bebida para diluir con sabor a cola. A mi progenitora le pareció una genialidad y compró cuatro bidones de esa cosa intomable, que quedaron intactos después de que Pablo la probó y la escupió sobre el mantel con cara de asco. Después de eso ninguno de los otros quiso arriesgarse con la Pochocola.
Recuerdo esa pascua de principios de marzo, soleada y calurosa. Estábamos atrás, a la hora de la siesta, en la pequeña pileta de lona remojándonos sin mucho entusiasmo.
“Ojalá la pileta fuera mas honda, para poder tirarse de bomba” – dijo Pablo
“Mirá si el agua fuera Coca Cola, me tomaría toda la pileta con una pajita!” – dijo Leo – “Che ... y si hacemos Coca acá adentro?”
Nos pareció una idea absolutamente brillante. Buscamos los cuatro bidones de cola para diluir que habían quedado llenos y los volcamos completos dentro del agua sucia de la pileta.
“Dale probalo” - me apuraron los dos sátrapas al unísono
“No, ni loca, porque no lo probás vos, ... o vos?” - contesté retrocediendo – “ O llamalo a Javi, el lo va a probar”
Javi estaba adentro mirando los dibujitos, pero llegó corriendo cuando escuchó que lo llamábamos a coro, justo a el , al que siempre estábamos intentando sacar del medio para que no molestara.
“Querés Coca Javi?”- preguntamos mirándolo expectantes
Los ojitos de Javier se abrieron como platos: “Es Coca????” – preguntó extasiado.
“Siiiiii, acá tenés un vaso, tomá dale” – alentamos eufóricos.
Javi llenó el vaso y tomó. “Esta buena?” – preguntó Leo. Javi no contestaba, seguía tomando. Tan entusiasmados estábamos que no escuchamos la puerta del patio ni los pasos de mi madre.
“Que es esto? Que están haciendo? Que estás tomando por Diooos? - gritó desesperada
“Los chicos hicieron Coca, querés?” – contestó Javi sonriente.
“Desgraciados!!! Escupí, escupíiiiiiiiiiiiiiiiiiiii !!!!!!” – chilló mamá en estado de histeria total. Lo llevó al baño y le hizo vomitar todo el líquido, mientras nosotros salíamos disparados a la casa de la abuela que vivía a dos cuadras.
Esa pascua no hubo conejos, ni huevos de chocolate, ni rosca con premio para nadie. Estuvimos no sé cuanto tiempo castigados. Lo bueno es que tampoco hubo mas jugo de Pocho en casa. Claro, de Coca Cola ni hablar; agua … agua de la canilla para todo el mundo.
Javier sigue convencido de que sus actuales problemas de acidez estomacal comenzaron con La Pochocola; mi madre insiste en que debió encerrarnos en un reformatorio a edad temprana. Y nosotros opinamos que deberíamos haberla denunciado a minoridad por obligarnos a tomar el jugo que preparaba Pocho, en fin … .
Que descansen mucho y disfruten estos días libres.
Siempre me gustó la Coca Cola, mas aun cuando era chica, creo que porque en casa la Coca tenía la entrada prohibida. Mi madre siempre pensó que esta no era una bebida sino un brebaje demoníaco que arruinaba los dientes, el estómago y las mentes infantiles; producía adicción además, teníamos que tomar y tomar hasta ver el fondo de la botella, no podía guardarse “para después”, “para mas tarde”; si había Coca se tomaba toda de un saque, y nos peleábamos como leones furiosos por un sorbo mas o menos “ El tomó mas!” “Salí nena, dame la botella!”!
El único que respaldaba nuestro vicio era papá, que nos dejaba tomar toda la Coca Cola que nos diera la gana durante el mes que pasábamos con el; pero claro, al viejo lo veíamos - con suerte - una vez por año, no nos alcanzaba. Cuando volvíamos de su casa era un suplicio volver a tomar ese jugo concentrado espantoso que compraba mamá. Seguramente y a juzgar por la apariencia mugrosa de Pocho, el sodero que lo fabricaba, ese líquido en bidón, de color fosforescente, sabor incierto y pretensiones de jugo de naranja, era 20 veces mas insalubre, infecto y nocivo que el elixir prohibido.
No entiendo como mi madre, por lo general bastante remilgada, permitía que tomáramos esa pócima coloreada, que de casualidad no hizo que nuestros estómagos se secaran y se cayeran . Lo que no te mata te fortalece dicen, doy fe.
Para peor, en un rapto de inspiración a Pocho se le ocurrió fabricar una bebida para diluir con sabor a cola. A mi progenitora le pareció una genialidad y compró cuatro bidones de esa cosa intomable, que quedaron intactos después de que Pablo la probó y la escupió sobre el mantel con cara de asco. Después de eso ninguno de los otros quiso arriesgarse con la Pochocola.
Recuerdo esa pascua de principios de marzo, soleada y calurosa. Estábamos atrás, a la hora de la siesta, en la pequeña pileta de lona remojándonos sin mucho entusiasmo.
“Ojalá la pileta fuera mas honda, para poder tirarse de bomba” – dijo Pablo
“Mirá si el agua fuera Coca Cola, me tomaría toda la pileta con una pajita!” – dijo Leo – “Che ... y si hacemos Coca acá adentro?”
Nos pareció una idea absolutamente brillante. Buscamos los cuatro bidones de cola para diluir que habían quedado llenos y los volcamos completos dentro del agua sucia de la pileta.
“Dale probalo” - me apuraron los dos sátrapas al unísono
“No, ni loca, porque no lo probás vos, ... o vos?” - contesté retrocediendo – “ O llamalo a Javi, el lo va a probar”
Javi estaba adentro mirando los dibujitos, pero llegó corriendo cuando escuchó que lo llamábamos a coro, justo a el , al que siempre estábamos intentando sacar del medio para que no molestara.
“Querés Coca Javi?”- preguntamos mirándolo expectantes
Los ojitos de Javier se abrieron como platos: “Es Coca????” – preguntó extasiado.
“Siiiiii, acá tenés un vaso, tomá dale” – alentamos eufóricos.
Javi llenó el vaso y tomó. “Esta buena?” – preguntó Leo. Javi no contestaba, seguía tomando. Tan entusiasmados estábamos que no escuchamos la puerta del patio ni los pasos de mi madre.
“Que es esto? Que están haciendo? Que estás tomando por Diooos? - gritó desesperada
“Los chicos hicieron Coca, querés?” – contestó Javi sonriente.
“Desgraciados!!! Escupí, escupíiiiiiiiiiiiiiiiiiiii !!!!!!” – chilló mamá en estado de histeria total. Lo llevó al baño y le hizo vomitar todo el líquido, mientras nosotros salíamos disparados a la casa de la abuela que vivía a dos cuadras.
Esa pascua no hubo conejos, ni huevos de chocolate, ni rosca con premio para nadie. Estuvimos no sé cuanto tiempo castigados. Lo bueno es que tampoco hubo mas jugo de Pocho en casa. Claro, de Coca Cola ni hablar; agua … agua de la canilla para todo el mundo.
33 comentarios:
Me has hecho sonreír. Es cierto que las madres, en cuanto al cuidado de los hijos(por lo menos a mí me lo parece), son más intransigentes que los padres; quizá porque pasan más tiempo con ellos. Y siempre me asustó imaginarme a una madre política, con poder; porque en cuanto a temas de salud y cuidados nos iba a prohibir todo, incluso fumar. :)
Bikiños
No conocía la historia así que es nueva para mí :)
Cuando alguien defiende a la coca cola yo siempre voy a decir que tiene razón!
Además creo que es una de las pocas cosas ricas de nuestra infancia que todavía se conserva intacta y no la han arruinado.
Siguiendo con el "uds. tenían razón" no sé cuántos años tenés, pero hasta más o menos el año 91 o 92 (yo al menos ya era adolescente para ese entonces) la coca venía en el envase de un litro de vidrio sin tapa a rosca, con lo cual primero, no era tan dificil terminarla y segundo se le iba todo el gas!!!
Era un clasico de la época estrenar y probar cualquier cantidad de tapas de botella y que ninguno sirviera jamás.
Prefiero no imaginar como Pocho fabricaba sus brebajes... y creo que tal vez tu mamá compró esos cuatro bidones de Pocho-Cola precisamente con la intención que tal vez con eso se les curara la adiccion a la coca cola (como si eso fuera tan facil).
Al menos debería haberles agradecido que la deshicieran de ese liquido inmundo tan facilmente.
Para estas fechas se impone un bridis... con coca cola de verdad, obviamente!
Muy divertido!
Besos!
Huy qué recuerdos... por la pequeña casita de verano que teníamos, pasaba los sábados por la mañana el camión del gaseosero berrenado. Traía una pócima marroncita similar a la Coca Cola y que tenía muchísimo gas. Imagina el efecto en los niños!!! Los sábados eran una gorrinería.
Más tarde, la Coca la veíamos en casa los días de cumpleaños, igual que el pan de molde untado con paté barato que era un banquete para mí... Qué tiempos!
Besos a montones.
He llorado de la risa con esta historia. No la había leído y que buena es. Las madres! Ay las madres! Yo apoyo a tu hermano seguro que de ahí le vienen los problemas en el estomago.
Un besote y que descanses estos dias
Hola Any, perdona no haber pasado por aquí más seguido, pero he estado a mil, re ocupada, pero prometo ponerme al día. Tu blog es uno de los pocos que leo siempre, me encantan tus hitorias =)
Sobre la Pascua, ay, me da un poquito de vergüenza, pero la gula puede más: mi mamá todavía nos esconde huevitos a mi hermano y a mi... ya, ahora me voy a poner la bolsa de papel en la cabeza =P
Abrazos!!!
jajjajajaa...vecina!...auqnue ya la conocía, otra vez me has hcho sacar lágrimasdela risa!!!...y eso que tengo encima ua gripe galopante que no me deja ni ver!!!
En fin, tenés un talento especail para narrar estas cosas de tu infancia!!!
un barazo!
que pases una muy feliz Pascua!
uyyyyyyyyy y se me fue el "barazo" en el lugar del " abrazo" jajjajajaja
Mire, a costa de sonar como una "contrera", le digo que: ¡¡su madre tenía razón!!...
Su historia me encantó y me hizo reír a morir!!
Le digo que en casa, en mi infancia se podía tomar "coca cola" sin problemas ¡¡pero a mí nunca me gustó!!, lo gracioso, que por ser madre "moderna", a mis hijos alguna que otra vez les compré, pero la tenía que regalar o tirar, porque a ellos ¡¡tampoco les gusta!!
Ya lo se, somos marcianos!!jajaaaaa
Besotes!
JAJAJA
que historia genial !!!
ahora..y disculpe que se lo diga...pero es algo obvio (y las obviedades son lo mío)
4 bidones ???
QUÉ PASABA ENTRE SU MADRE Y EL SODERO ??!!
Xosé, es verdad, los padres son mas permisivos; las madres están mas en el detalle fino. Las madres políticas ... mmmm ... que se ocupen de sus "nenes", solo eso me faltaría ajjaja!
Lola, es cierto lo de las chapitas. Me quedé pensando ... te acordás que antes era común ver montones de chapitas pegadas en el asfalto? Me fui de tema; visto a la distancia creo que mi madre no compraba coca porque hubiera sido un presupuesto; en esa época vivíamos con lo justo, y ahora también bah :S
chin chin!
Vero, hola! de vuelta en carrera?
Asi que por alla también había un Pocho que vendía Coca falsa? jajajaj. Que será "berrenado" y "gorrinería" ???
un alegrón verte nuevamente por estos pagos.
Esme, bueno peor la pasamos nosotros que estuvimos como un mes castigados, no creo que un poco de agua sucia le haya hecho tan mal ahjajajaj
Myriam, no se preocupe compañera, aqui está siempre abierto, ud cuando tiene ganas pasa ;)
Jajajaa, que bueno! por lo menos todavía ligás algo para Pascua, todo un detalle de parte de tu madre :P
Neo, asi que anda enferma? como se le ocurre, justo para un feriado!
Gracias por pasar aún en estado calamitoso! y mejoresé pronto che
sana sana!
Cando, no le gusta la Coca? Y a los candoritos tampoco? No le puedo cre-errr!!! será alguna falla genética? ahajajaja
besos
Sr. Briks, sabe que tiene razón? Nunca se me había ocurrido ... aunque conociendo a mi vieja y teniendo en cuenta el aspecto linyeril de Pocho ... tengo mis dudas, pero quien sabe, vió que uno nunca termina de conocer a la gente. Voy a plantear la inquietud en la próxima reunión familiar
=D
La verdad es que yo soy adicta a la Coca light, que no es lo mismo que Coca Zero o la dietética de Pepsi. Yo no tomo alcohol pero eso no quiere decir que no me fije en las marcas de lo que tomo! Eso sí, en las cosechas no me fijo.
Imaginate lo que hubiera sido para mí tomar la Pochocola! Qué horror! Para eso prefiero agua de la canilla!
En algunos rubros no podemos conformarnos así nomás, es bueno o nada. ;P
La verdad es que tu madre me sorprendió. La imaginaba más parecida a la mía que es cuidadosa de los alimentos, las fechas de vencimiento, si les dio el sol, etc.
Besotes
Muy buena la pochocola! jajaja
Cuando era chica, la coca se veìa solamente en los cumples! Y odiaba todos los jugos para diluir... al contrario, mi nonno los amaba y se compraba uno que se llamaba "swing" yo le decia que no tomara esas porquerias, pero no me hacia caso. Hasta que una vez se le cayo un poco al piso y dejò una aureola... y se impresiono! Asi que abandonò los juguitos y pasò al Therma con las hierbas, que era aùn màs asqueroso! jaja
Linda historia Any! Eran tremendos de chiquitos!
Besos y felices pascuas
Jajja..vaya historia, me has sacado una sonrisa, Any!!!
La verdad es que nunca me atrajo mucho la Coca-Cola, pero bueno, si la hay que tomar se toma...
Me ha encantado el artículo de hoy
besos y abrazos de tu niña
Sara
Jajaja, sí, ya la había leído, pero me encanta releer textos graciosos, para reírme de nuevo.
Sin dudas cuatro chicos multiplican los problemas, pero no podés negar que tenés cosas para contar.
Besos.
jajajajaja y es que lo que no inventan los niños...se queda sin inventar....
¡¡¡Mira que hacer una pileta de cola!!!!!
Mi imagino la cara de tu madre, y vosotros corriendo a casa de la abuela jajajajaj....Increíble.
En mi casa nos decían que la cocacola nos ponía como una moto... y claro, tenían razón, con la cafeina....
Por cierto he visto que en el blog de Tere, preguntas que es un cachirulo.
Pues son cometas de esos que se vuelan, tirados por una cuerda.... En Valencia se llaman cachirulos.
Besitos y que pases unas felices Pascuas.
Qué historia!! para no creer, a mi nunca me gustó la coca cola y esos brebajes seudo-coca menos, y con el agua de la piletra ...me permitís hacer puaggggggggggggg.
Felices Pascuas con agua y bendita!!
Besos:)
y0 quier0 saber una c0sa, any
le gust0 e brevajeee???
jajajaja
te v0y a c0ntar a unica vez que y0 recuerde que fui un int0xicad0r...
en las fiestas de mi puebl0, cuand0 estas me gustaban, s0liam0s hacer lim0nada...en t0das las im00nadas se meaba...mas nunca se vi0 a nadie hacer tal c0sa...cuand0 aguien dij0 es0 de la im0nada de mi peña, me cabreee...y much0...¿que hacer pues?
pues en la b0tella qua que y0 s0lia llevar a baie de la n0che de las fiestas de mi puebl0, decidi tirar la mitad y rellenarla de pis...la di a prbar hasta que la bebier0n entera...¡¡¡ DE NADIE SUPE QUE N0 LE GUSTARA A MEZCLA!!!
clar0, es0 l0 hice en estad0 de suma embriaguez...clar0 esta...y0 me calle y...
medi0 bes0, any.
No sé si sabes que este relato es uno de mis clásicos cuando me encuentro algo decaída. Siempre funciona... al fin y al cabo es 'Pochocola'.
Un beso de una lectora agradecida.
Como me rei, por Dios!!! imagino la cara del pobre Javi, siendo el centro de atencion de uds, cosa que le duro poco, y despues viendo como tu vieja lo sacudia y lo hacia vomitar, pooooooobre!!!
Amo estas anecdotas de peques, un besote y felices pascuas!!!
Como me rei, por Dios!!! imagino la cara del pobre Javi, siendo el centro de atencion de uds, cosa que le duro poco, y despues viendo como tu vieja lo sacudia y lo hacia vomitar, pooooooobre!!!
Amo estas anecdotas de peques, un besote y felices pascuas!!!
Je te souhaite de joyeuses fêtes de Pâques!!
Bisous chocolatés de France
Hola Holaaaa Any,
Recuerdo muy bien este relato. Siempre que veo una foto de Coca Col* me acuerdo de esta anécdota. Lo de Pochocola es un nombre extraño pero comercial...Veamos: Coca Col*, Pepsi y Pochocola O.O ;)
Supongo que después de esa anécdota no volvió a entrar en casa "nada similar". ;P
No quiero parecer "metida", pero me parece muy sospechoso que tu madre comprara tantos bidones de Pochocola....¿¿¿¿cómo la habría convencido el vendedor???? O.o.
Any, espero que estas pascuas sean re lindas.
Por cierto en Cataluña mañana nos toca comer "monas": huevos de chocolate, pasteles con huevos o figuritas con más chocolate....♥
Miles de abrazotes gigantes!!!!!!
♥♥
No pue ser, ¿un año ya pasó?...digo, desde que casi me caigo de la silla de risa cuando leí esta entrada tuya.
Besos enormes Anyta.
Hola de nuevo. Traduzco:
Berreando - dando voces a grito pelado anunciándose y se le oía desde kilómetros ¡GASEOSEEEEEEEEEEEEEEEEROOOO!
Gorrinería - pues que con tanto gas que tenía la pócima marrón, se nos salían los gases por todas partes y los niños teníamos fiesta cochinita!!!! je, je.
Besos.
adicta a la coca light con hielo y limón.
esos jugos ! que mal recuerdo! tenían gusto a pasto!
jajajaj... de tanto reirme me dió sed. Tendrá un poquito de agua de la canilla no más? gracias, si es posible on the rocks.
besiños
Any, muy divertido el relato de la Pochocola y tierno el de la zamba.
¡Un beso grande!
Genial esta historia!!!! De fijo Javi tiene razón quien sabe que fauna bacteriana se le habrá alojado en el estómago con la infausta Pocho-Cola. :)
Demasiado bueno el post.
No sé qué tienen las madres contra la coca. En mi casa tampoco se tomaba, aunque los fines de semana había cierta indulgencia.
Muy buena historia.
Un saludo.
Hola Any, te cuento que ya se puede conseguir mi libro, Detras de las sonrisas, te dejo los enlaces;
http://www.todoebook.com/DETRAS-DE-LAS-SONRISAS-IGNACIO-DIAZ-LA-FRAGUA-DEL-TROVADOR-ebook-9788493743451.html
Saludos.
pobre JAvi... tan credulo inocente!!!!
te leo y me hacés acordar a mi madre, no porque comprara un sucedaneo de pocho cola..la coca era solo para los cumpleaños, y después nada.... ni jugo! agua de la canilla!!
y uno deliraba por una coca cola, o a veces una cindor helada en una tarde calurosa.
Serían primas nuestras madres!
ahora, lo que le hicieron al pobre Javi, terrible! que asquito!
un beso
Hola Any! Antes que nada gracias por pasar por mi blog.
Me mató la pochocola.
Yo soy una de esas que considero que la coca-cola es adictiva y como para muestra basta un botón, mi sobrina es super adicta a ese brebaje ¿cómo era? ¿infernal? jajaja
Qué buenas esas cosas de la infancia que son lindas para recordar.
Au revoir!
Qué lindo se me hizo leerte, como siempre. Fue como un hermoso y tierno cuento, mas alla de la travesura.
Me devolviste un rato a esa edad de puertas abiertas y rayuela en la vereda.
Gracias ANy! Besotes!!!!!!
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