“No es bueno usarlas. Las perlas representan esencialmente el dolor”
“Dolor”? – pregunté extrañada
“Asi es, una micropartícula que se introduce en la ostra y que la va lastimando dolorosamente. De ese dolor nace la perla, es un proceso agónico, el daño se transforma finalmente en belleza, pero lo que nace del dolor no es bueno aunque sea hermoso.”
“Vieja de mierda – pensé – para que me dice esto?” Con lo que me gustan las perlas … siempre me gustaron. Además es sabido que un buen porcentaje de la felicidad y la abundancia de algunos está basado en el sufrimiento de otros. No es un pensamiento reconfortante pero es así desde que el mundo es mundo y así seguirá siendo.
Desde hoy la maldición de la perla ya no me alcanza. Perdí el único arito que me quedaba de un par que me regalaron hace años. Digo, debería verle la parte positiva, no me queda ninguna perla verdadera pero iré achicando el karma, saldando mi deuda con el universo por haber tenido en mi poder durante tanto tiempo algo forjado en el dolor de otro ser vivo.
En la mitad de la escalera del Tribunal, intentando desenroscarme la bufanda, enganché el aro y tiré con tanta fuerza que se desprendió de mi oreja y voló por el aire cayendo en la planta baja. A esa hora de la mañana y con la cantidad de gente que circula por allí hubiera sido un milagro encontrarlo. Así que después de reptar por la escalinata de arriba abajo varias veces y examinar el hall baldosa por baldosa, tuve que aceptar que la perla había desaparecido de mi vida. “Se le perdió algo?” – preguntó muy interesado uno de los policías de la entrada . “No, estoy entrenando para correr los 100 metros llanos en la próxima Olimpíada canina” – tuve ganas de contestarle, pero no dije nada. Y me senté en un costado de la escalera a masticar bronca. Tenía ganas de llorar pero ya había hecho bastante papelón recorriendo el lugar en cuatro patas como si fuera la versión autóctona de Lassie, me faltó ladrar solamente.
Me quedé triste para que negarlo. Pero bueno, la rueda nunca se detiene, siempre estamos perdiendo y encontrando, reemplazando una preocupación por otra, convirtiendo la pena en esperanza, los errores en sabiduría, los recuerdos en olvido, las desventuras en post y hasta el dolor en belleza ... aunque parezca imposible.
“Dolor”? – pregunté extrañada
“Asi es, una micropartícula que se introduce en la ostra y que la va lastimando dolorosamente. De ese dolor nace la perla, es un proceso agónico, el daño se transforma finalmente en belleza, pero lo que nace del dolor no es bueno aunque sea hermoso.”
“Vieja de mierda – pensé – para que me dice esto?” Con lo que me gustan las perlas … siempre me gustaron. Además es sabido que un buen porcentaje de la felicidad y la abundancia de algunos está basado en el sufrimiento de otros. No es un pensamiento reconfortante pero es así desde que el mundo es mundo y así seguirá siendo.
Desde hoy la maldición de la perla ya no me alcanza. Perdí el único arito que me quedaba de un par que me regalaron hace años. Digo, debería verle la parte positiva, no me queda ninguna perla verdadera pero iré achicando el karma, saldando mi deuda con el universo por haber tenido en mi poder durante tanto tiempo algo forjado en el dolor de otro ser vivo.
En la mitad de la escalera del Tribunal, intentando desenroscarme la bufanda, enganché el aro y tiré con tanta fuerza que se desprendió de mi oreja y voló por el aire cayendo en la planta baja. A esa hora de la mañana y con la cantidad de gente que circula por allí hubiera sido un milagro encontrarlo. Así que después de reptar por la escalinata de arriba abajo varias veces y examinar el hall baldosa por baldosa, tuve que aceptar que la perla había desaparecido de mi vida. “Se le perdió algo?” – preguntó muy interesado uno de los policías de la entrada . “No, estoy entrenando para correr los 100 metros llanos en la próxima Olimpíada canina” – tuve ganas de contestarle, pero no dije nada. Y me senté en un costado de la escalera a masticar bronca. Tenía ganas de llorar pero ya había hecho bastante papelón recorriendo el lugar en cuatro patas como si fuera la versión autóctona de Lassie, me faltó ladrar solamente.
Me quedé triste para que negarlo. Pero bueno, la rueda nunca se detiene, siempre estamos perdiendo y encontrando, reemplazando una preocupación por otra, convirtiendo la pena en esperanza, los errores en sabiduría, los recuerdos en olvido, las desventuras en post y hasta el dolor en belleza ... aunque parezca imposible.
24 comentarios:
Y vos escribís tan lindo, tan graciosa es tu forma de contarlo, que una pena se transforma en post y un post en una perla. Y YA ESTÁ!!! ALBRICIAS, la encontramos, la tenemos.. a la perla digo, y a la suerte de saber transformar lo malo en bueno y los errores en sabiduría. Si es así habrá valido la pena vivir.
BESOTES AMIGUETA! (debe ser la primera vez que puedo cantar primi y no lo hice...si seré modesta, pucha digo!)
jejeje coincido con Cass! la gracia y naturalidad de tus relatos le ponen belleza hasta el dolor de haber perdido tu preciada perla!
Mientras vos seguís tristonga por la pérdida, nosotros disfrutamos de lo lindo leyéndote entradas como esta!
un abrazo enorme y dos besitos perlados!jejejej
Me quedé pensando sobre lo que te dijo la vieja esa y la verdad no me cuadra!...no me imagino a una ostra sufriendo de dolor!...ni tampoco feliz, por supuesto!jejejeje
Comprendo tu dolor, a mí tampoco me gusta perder cosas queridas. Y veo que convertiste tu dolor en belleza, como la perla.
Besos.
me la imagine reptando. Duele lo de las perlitas pero es verdaT, amiguita. Me lo contaron tarde...
¿desventuras en post? :o
¡Qué lástima da perder algo que amamos! En cualquier caso....me dá igual el dolor de donde sale la perla...a mi me parecen de una belleza suprema y seguiré adornándome con ellas a veces....¡haz tú igual! Un gran beso
Pues cuando he visto las perlas me he acordado de Madrid. Y tú me dirás ¿qué tiene que ver una cosa con la otra?
Pues mucho, amiga.
Como sabes vivo cerca de una ciudad costera, allí vienen mucha gente del centro de España a pasar el verano junto al mar. Muchas veces (Ay madre, alguien se va a rebotar, que no lo tome nadie a maal...) llegan con sombrillas de los años 60, robiznadas y más viejas que la tos, bañadores rancios y toallas desteñidas por los años que no valen ni para trapo, pero eso sí ELLAS SIEMPRE LLEVAN PERLAS EN LAS OREJAS!!!! Cuando paseamos o tomamos un helado, no falla: mujer, adlescente o niña con perlitas en la oreja: DE MADRID!!!
Pues no sé, a mi lo del dolor como que no me acaba de cuadrar... de la misma forma sacar un coco debe dolerle a la palmera, no?
Besitos, amiga. Mira que me he reído con la escena de la escalera jajajjaa.
Any, a mi me dijeron lo mismo de las perlas... No te pongas los aritos de perlas, que significan "làgrimas"! Y no me importò nada, porque me gustan las perlas y la luz que dan al rostro y me los puse igual!
Y yo también me angustio tanto cuando pierdo un arito que me gustaba y no sé porqué el par desparejo que me queda, no lo tiro ni lo vendo, lo conservo huérfano en la cajita... soy una nostàlgica!
Y creo que la perla y el sufrimiento de la ostra, tienen que darse por pagadas con solo pensarte en cuatro patas en el medio del tribunal!
Besos amiga!
ahh, no soy yo que lo sepas...es mi espiritu o mas bien mi aguela la que ha leido y la que escribe esto...
hablas del dolor y la belleza...¿has pensado alguna vez en la belleza y el dolor?
tratare de ponerte un ejemplo...
acabo de llegar a casa...la euforia era conmigo...mas al parar, al qdejar de lado esa euforia, euforia que traia consigo un cierto estado de susperalegria...ay, al quedarme parado, zas, una especie de bajon asi como melancolico se ha aduñado de mi...es decir, desde la belleza al dolor...
veamos, any, no es que este llorando, no es que este triste...es esa serenidad demoledora que me hace estar asi como serio despues de unos instantes de acelerado impetu, de acelerada eufria...
luego de a felicidad a la tristura...
mil besos, niña de la perla perdida....
firmado mi aguela...
besos...
Cuando mi abuela cumplió 50 años mi abuelo le regaló un anillo con una perla y dos brillantitos. Cuando cumplí mis 15 años, mi abuela me lo regaló a mí. Nunca fui muy amante de las perlas, pero ese anillo, esa parte de una vieja historia de amor de la que fui testigo y parte es uno de mis tesoros más preciados. Con toda su historia y mis recuerdos, no puedo asociarlo al dolor, aunque me solidarice con la ostra.
Besos Any, un placer leerte, siempre.
en casa siempre decían que traían desgracias y la verdad...no le dí nunca bola a esas cosas
que pena que se te haya perdido any!
Te mando un beso grande
Así funciona Any, esa curiosa dinámica de perder y encontrar. Me recordaste, como un fogonazo, uno de mis cuentos amados de Borges "Tlön, Uqbar, Orbis Tertius" donde los objetos (hrönir)son "hijos casuales de la distracción y el olvido". Te lo recomiendo con mucho cariño!
Mi Abrazo Enormeeeeee, en este día frío, lluvioso y gris que tanto y tan bien se presta a la reflexión!
Hola Holaaa Any,
Siento que hayas perdido ese objeto querido para ti......, peeeeero no creo que tenga que ver nada con el karma.
En mi opinión, si sigo tu razonamiento... la cantidad de buen karma que tienes acumulado te traerá muchas cosas lindas.¡Estoy muyyyyyy segura de ello!.
Chiquita, escribes ¡qué es una maravilla!!. Siempre me dejas pegada a la pantalla.
Mil abrazotes enormes!!
Antes de nada, decirte que es de una belleza magnífica lo que has escrito.
La forma de narrarlo contiene una fina ironía que me encanta y, al mismo tiempo verdades inapelables las que escribes.Enhorabuena.
Abrazos
Any: por qué no ladró? A lo mejor el policía se asustaba y se iba rápido..ja,ja,
Y bueno, ahora las mujeres tendrán que buscarse otro tipo de bijouterí. Me parece que lo escribí para el tuje)
Un beso.
Cass, si priii!!! no sea modesta dele
gracias, muákate!
Neo, gracias vecina. Quien sabe como será que siente una ostra eh?
;)
Mariela, gracias amiga por empatizar
un beso
Rochie, repto bien no crea ...
Desventura compartida será menos desventura?
=D
Winnie, ahhhh del club de la perla! Si, estoy tentada de comprarme otro par ... veremos
;)
Vero, bueno, se ve que tengo algo de madrileña anticuada jajajjaj! no sé como les caerá esto a las madrileñas, a mi me hizo mucha gracia!
beso
Mai, si, se ve que la única que no sabía del tema de la maldición de la perla era yo ... colgada como siempre de la palmera.
Vieras que bien quedé recorriendo el hall en 4 patas jajjajaja!
=S
Gustavo, que no decaiga che! mantenga la euforia, sobre todo ahora que se acercan las vacaciones!
La abu si puede pasar ...
abrazo
Clau, ah claro, ese anillo tiene toda una historia detrás, una linda historia.
Gracias, beso
Vir, otra que sabia! como puede ser? como no me avisaron antes? ajjajaja
besos
Su, recomendación agendada, gracias.
Pero ... vos estás donde? Yo te tenía ubicada en España ...
=S
Lujita querida! gracias, tus palabras siempre me alegran.
un beso gigantote para vos y los Kasukabe!
Balamgo, gracias, siempre tan generoso con mis escritos
un abrazo
Juliancito, la verdá tendría que haber ladrado y de paso haberle mordido el c ... al cana, por tarado jajajjaa!
Casi que la pegó che, le faltó solo la e final para ser bien franchute
abrazo
"Las perlas representan esencialmente el dolor” Güevonadas.
Los canas no se caracterizan por su perspicacia.
Yo te regalo otrastomá.
Besos.
El final de su post nos refleja esa constante transmutación que debería ser la vida. Excelente.
Ahora entre nos, no se enrosque, vaya y vea algún par de aros de perlas y ¡¡cómprelos, se lo ordeno!!!
Y se lo ordeno porque:
- Me la paso perdiendo aritos, pues cada vez que me saco chalinas, engancho aros y los pierdo!!!
- Me fascinan las perlas, las adoro!!
Vamos, la culpa ¡¡es un invento!!
Abrazossssssssssssssssss!!!
Gracias Sr. Mostro! perlas negras guau!
=D
Cando, ok, me convenció jajajjaja, que fácil soy XD!
Parece que aros, chalinas y bufandas no son compatibles eh? o habrá que aprender a ser mas delicada y no sacarse la ropa onda streapper desesperado!
=S
Yo también soy muy aferrada a este tipo de objetos así que te super entiendo.
La verdad que no sabía el porqué de que las perlas trajeran mala suerte... ahora lo sé pero no me convence... qué se yo, nunca se me ocurrió pensar que una ostra podía sufrir (mucho más básico lo mío) y tu explicación (que para que surjan algunas cosas bellas siempre algo o alguien se debe sacrificar, y así fue desde que el mundo es mundo) me gustó mucho más...
Será que desde que nací uso perlas, las perlas eran mías (las de mi hermana eran "perlitas de oro") y por lo mismo, supongo, se las puse a MC, aunque las usemos en forma intermitente en la práctica siempre fue mi aro de cabecera...
Espero que alguien se ocupe pronto de reemplazártelas... siempre y cuando no descubras que las cosas malas te pasaban por eso o que te empiecen a pasar muchas más cosas buenas a partir de ahora. Si es así avisame que a las perlas las mando ya sabés adonde y armo una asociación de lucha a favor del sentmiento y bienestar de las otras.
Besos!
Algunas pérdidas son sumamente dolorosas (y estoy hablando de objetos, no de personas). En ese sentido soy un ser en extremo cuidadoso. Casi un obsesivo. Por eso siento que cuando pierdo algo experimento emociones más intensas que el resto.
Después me doy cuenta de que estoy divagando.
Muy bueno lo suyo.
Un saludo.
A lo mejor la perla que ha perdido, la encuentra en mi isla.
Saludos afectuosos.
si fueramos día a día
convirtiendo la pena en esperanza y los errores en sabiduría
más que humanos seríamos dioses del Olimpo!
Besotes
Vengo poco a visitarte, Any (carita de vergüenza) pero siempre me voy encantada. Tienes una manera de contar las cosas que dibujas la sonrisa a pesar de tu malestar en este caso. Te felicito por ello.
En cuanto a las perlas... bueno, también llevamos ropas cosidas por mujeres explotadas, o incluso niñas. Desde que el mundo es mundo para que unos triunfen otros han de pasarlo mal.
Un abrazo y buen fin de semana.
Lamento la pérdida, pero al mismo tiempo creo que esos vacíos nos permiten hacer lugar para cosas nuevas (de valor material o espiritual). Todo se transforma, como bien dijiste.
Besos
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